
Ciudad de México.- En la actualidad, donde cada elección alimentaria parece generar un debate, el yoghurt ha permanecido en el centro de muchas conversaciones, a menudo cargando con etiquetas y prejuicios que no reflejan su verdadero valor nutricional. Preguntas como: “¿El yoghurt engorda?”, “¿Es un alimento exclusivo para personas a dieta?”, o “¿Solo debe consumirse en las mañanas?” son comunes. Hoy, gracias a la ciencia y a marcas comprometidas como Lala, es el momento de desmitificar estas ideas y poner las cartas sobre la mesa.
A pesar de ser un alimento básico que nos ha acompañado a lo largo de la vida —desde la lonchera infantil hasta las rutinas saludables de los adultos—, persiste una falta de claridad sobre el rol real y positivo del yoghurt natural en una alimentación equilibrada y nutritiva. Su proceso de fermentación lo convierte en un lácteo único, lleno de propiedades que van más allá del simple gusto.
Justo en el marco de la celebración del Día Nacional del Yoghurt (una fecha que cobra gran sentido al destacar sus beneficios), es vital abordar estos mitos comunes. Entender a fondo qué es el yoghurt, cómo se elabora y de qué manera puede beneficiar la salud digestiva y ósea del cuerpo humano, es clave para tomar decisiones más informadas y aprovechar al máximo este superalimento.
Si hasta ahora pensabas que el yoghurt era solo un recurso rápido para un desayuno de emergencia o un postre light, prepárate para cambiar tu perspectiva.
Aquí te presentamos cinco verdades innegables (5 netas) respaldadas por datos y la ciencia de la nutrición sobre el yoghurt:
1. Mito: “El yoghurt engorda”
El dato nutricional: Falso. No todos los yoghurts son iguales; el truco está en elegir versiones naturales o sin azúcares añadidos. El yoghurt natural, en particular, es una fuente importante de proteína de alta calidad. Esta proteína no solo es esencial para la salud muscular, sino que también contribuye significativamente a la sensación de saciedad por más tiempo, lo que puede ayudarte a controlar el apetito y evitar los antojos o “picar” entre comidas. Además, al ser un lácteo fermentado, contiene millones de lactobacilos vivos, esenciales para el correcto funcionamiento de la flora intestinal y la digestión.
2. Mito: “El yoghurt causa inflamación”
La ciencia digestiva dice: Todo lo contrario. El yoghurt es un poderoso aliado para la salud digestiva. Sus probióticos (lactobacilos) actúan directamente en el intestino, ayudando a mantener y equilibrar la microbiota intestinal. Un intestino sano se traduce en menos malestares, una mejor absorción de nutrientes y un tránsito más eficiente. Es importante señalar que, debido a su fermentación, el contenido de lactosa se reduce, facilitando su digestión. Para quienes tienen sensibilidad a la lactosa, existen excelentes versiones deslactosadas que ofrecen los mismos beneficios.
3. Mito: “El yoghurt no te aporta nada nuevo”
El aporte de micronutrientes: ¡Error! El yoghurt es un alimento muy completo, considerado un lácteo de alta densidad nutricional. Más allá de la proteína mencionada, es una fuente formidable de calcio, mineral crucial para mantener la salud ósea y dental a lo largo de toda la vida. Además, aporta vitaminas esenciales (como las del grupo B) y minerales como el potasio, fósforo y zinc. Su sabor neutro (en la versión natural) lo hace increíblemente versátil; es el ingrediente secreto perfecto para sumar nutrición a tus recetas saladas (aderezos, marinadas) y dulces (licuados, smoothies o postres), enriqueciendo tu dieta diaria.
4. Mito: “Solo se consume en el desayuno”
Versatilidad para el ritmo de vida: Absolutamente superado. La practicidad y el perfil nutricional balanceado del yoghurt lo hacen perfecto para cualquier momento del día. Puede ser tu mejor aliado como snack a media mañana o media tarde en la oficina, una excelente fuente de recuperación post-entrenamiento por su contenido de carbohidratos y proteínas, o incluso un postre ligero y nutritivo después de la cena. Su consistencia y contenido de proteína son ideales para calmar el hambre y evitar caer en opciones de snack menos saludables.
5. Mito: “Es solo para niños”
La salud para toda la vida: Si es consumido desde la infancia, es porque es un alimento fundamental para el crecimiento, pero el yoghurt no tiene límite de edad. Sus beneficios, como la salud digestiva, el fortalecimiento óseo y el aporte de proteína para mantener la masa muscular, son cruciales en todas las etapas de la vida, desde niños hasta adultos mayores. Ahora que conoces su impacto real y duradero en tu bienestar, el valorar e incluir el yoghurt en tu día a día se convierte en una elección inteligente de salud.
Lala está redefiniendo la experiencia de consumir yoghurt. Con una amplia variedad de formatos diseñados para acompañarte en cualquier momento, con su inigualable aporte de proteína, millones de lactobacilos vivos y elaborado con la leche #1 de México, el yoghurt Lala deja de ser simplemente una opción. Se consolida como una excelente decisión para tu nutrición diaria y tu bienestar integral.
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