Guanajuato.- En San Miguel de Allende, se enclava el Valle de Los Senderos este oasis para los amantes de la naturaleza que brinda a propios y extraños un nuevo espacio para el buen comer y beber. El residencial abre sus puertas a Sal y Canto para ofrecer a los visitantes un restaurante que permite disfrutar no sólo una extraordinaria carta de bebidas y platillos tradicionales, sino también una vista a los distintos mosaicos naturales que componen el lujoso inmueble.
La propuesta de Sal y Canto contempla entremezclar los sabores clásicos con la modernidad
Al frente de Sal y Canto están los chefs Atzin Santos y Juan Pablo Ballesteros, ambos reconocidos por sus emprendimientos y alta cocina en México. Juntos en esta nueva apuesta gastronómica ofrecen en Sal y Canto platos elaborados con técnicas ancestrales en las que intervienen hornos de brasa, ahumadores y cocciones bajo tierra.
En este nuevo reto los chefs Atzin y Juan Pablo trabajarán con productores locales de legumbres, quesos artesanales y otros insumos de la región, además de productos que ya tienen probados en sus cocinas, para dar a sus platillos una variedad de sabores y texturas que aportarán identidad propia a su menú, el cual estará enmarcado en un concepto de entremezclar la modernidad con lo clásico.
Atzin Santos expresó: “Mi idea es tomar una pequeña muestra de las riquezas de esta tierra y región del Bajío para ofrecer a nuestros comensales una cara inédita de nuestra gastronomía que pretende respetar cada ingrediente y las técnicas ancestrales de los fogones mexicanos. Sal y Canto es un oasis para los amantes del buen vino y la pasión por la cocina”.
Para realizar una reserva, llama al 415117 4062 o WhatsApp al 55 6510 9585 o, si lo prefieres, puedes reservar en https://salycanto.meitre.com
La trayectoria del chef Atzin Santos
Atzin Santos comenzó su carrera en el restaurante Nicos. Ahí fue que decidió estudiar en el Colegio Superior de Gastronomía.
Tras terminar sus estudios, Atzin inició su carrera laboral en el restaurante Faro de Acapulco. Un año después obtuvo el puesto de sous chef en el Restaurante L’Albufera.
En 2007, en Morelia (Michoacán), Atzín se incorporó como chef ejecutivo del Corporativo Rotega, conformado por el Hotel Posada Vista Bella, el Centro de Convenciones Cantabria y las Panaderías Trico.
Durante los veranos de 2006 y 2008 realizó algunos stages en restaurantes tan famosos de España como El Bulli o tan canallas como A Fuego Negro de Edorta Lamo. En 2008 pasaría a ser chef ejecutivo en el restaurante Guria, en Santa Fe, Ciudad de México.
Pasó una temporada en el restaurante Artemisia de Luis Robledo Richards y Gilles Nordin, donde desarrolló un nuevo concepto gastronómico de cocina franchuta’, como la llamó el periodista Jorge Toledo en El Economista.
A principios de 2015, un grupo de amigos le propuso una asociación y el puesto de chef ejecutivo en un restaurante con más de 16 años de tradición: el restaurante Atalaya, que poco a poco se fue transformando en una cocina de barrio de autor. Junto a él, la chef repostera Ayari Soto elaboró una cocina con sabores de fondo.
En 2016 fue uno de los Jóvenes Talentos en Millesime México. Un talento que junto a otros como Fernando Martínez Zavala (Seneri y Yuban en CDMX), Daniela Mier (Lum. Hotel Bo en San Cristóbal de las Casas. Chiapas), Gaby Ruiz (Gourmet MX en Tabasco), José Meza (recientemente llegado a Nizuc) y los hermanos Rivera (en Koli Monterrey), puso de manifiesto que se está fraguando una nueva generación culinaria en México.
En la actualidad está al frente del restaurante Limosneros, enclavado en el centro histórico de la Ciudad de México, cuya propuesta culinaria está basada en el origen y la calidad del producto.
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