
Por: Samantha Valenzuela, Gerente de Comunicación Corporativa de Brown-Forman México
El 16 de septiembre no es solo una fecha en el calendario, es un eco vibrante que resuena en cada rincón de México, un pulso colectivo que nos une. Desde la intimidad de nuestros hogares hasta el corazón de las plazas y, por supuesto, en cada mesa, se enciende la llama del orgullo de ser mexicanos. Es la memoria viva de que la unión y la convicción pueden lograr lo impensable, tal como aquel movimiento que forjó nuestra Independencia.
En México, septiembre se saborea de una manera única. Marca el preludio de una temporada que se desliza entre el arraigo de nuestras tradiciones, la riqueza inigualable de nuestros platillos y el júbilo de brindis que nos definen. Con estas fiestas, el año comienza su suave despedida, trayendo consigo el reconfortante pozole, el místico pan de muerto y la felicidad de las celebraciones decembrinas. Son instantes que no solo forjan nuestra identidad, sino que también nos invitan a pausar, apreciar lo que hemos construido y avivar el fuego de nuestros anhelos.
Brown-Forman: Comunicar con propósito y responsabilidad
Comunicar es mucho más que transmitir información; es reconocer la fuerza transformadora de una voz que se une a otras, como en aquel Grito que reescribió nuestra historia. En este mes patrio, cada palabra es un compromiso: de confianza en nuestras raíces, de responsabilidad por nuestro legado y de conciencia sobre el impacto que generamos. Comunicar con propósito es, en esencia, un acto de independencia; es afirmar nuestra presencia, unidos y orgullosos de ser parte de la misma gran historia.
En Brown-Forman, abrazamos esta filosofía. Sabemos que las grandes transformaciones nacen de la responsabilidad, la acción consciente y un propósito compartido. Para nosotros, la comunicación es el puente que conecta a nuestra gran familia, a nuestras marcas con quienes las disfrutan y a nuestra organización con las comunidades donde convivimos.
Entendemos que nuestras marcas son cómplices en esos momentos de la mesa mexicana que se graban en la memoria. Tequila Herradura, por ejemplo, es el alma misma de México embotellada: encarna el valor de nuestra tierra, el mimo de sus procesos artesanales y el orgullo inmenso de compartir con el mundo un producto que brota de lo más profundo de nuestras raíces. Cada una de nuestras marcas lleva consigo un compromiso inquebrantable de responsabilidad y respeto, porque celebrar es también honrar lo que somos y el legado que construiremos para las generaciones venideras.
Estas celebraciones no solo se viven, se comparten. Cada voz que se eleva y cada brindis que se alza tiene la poderosa fuerza de reafirmar nuestra esencia. Comunicar con propósito es precisamente eso: mantener viva la unión que nos distingue como mexicanos y hacerla trascender en cada historia que contamos, ya sea alrededor de la mesa o más allá de ella.
Te invitamos a compartir tu antojo con nosotros, tómale fotos a esos platillos que te hicieron caer en el pecado y muéstralos en nuestra cuenta de X @lagulamx, en TikTok o en instagram @lagulamexico.