Reflexiones sobre la carne y el Día Mundial del Agua

Por Pamela Reséndiz
Consultora de Reducción de Carne para Humane Society International

Desde 1992, cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2 mil 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable.

¿Por qué se celebra el Día Mundial del Agua?

Esta celebración tiene por objetivo generar conciencia acerca de la crisis del agua en el mundo, recordar la importancia de este elemento para la vida y reflexionar sobre las urgentes medidas que debemos tomar como sociedad y como individuos.

El agua es esencial para la producción agrícola y la seguridad alimentaria. Es el elemento vital de los ecosistemas, de los cuales depende nuestra seguridad alimentaria y nutricional presente y futura.

Sin embargo, nuestros recursos de agua dulce están disminuyendo a un ritmo alarmante. La creciente escasez de agua es ahora uno de los principales retos para el desarrollo sostenible. Este desafío se hará más apremiante a medida que la población mundial siga creciendo, su nivel de vida aumente, las dietas cambien y los efectos del cambio climático se intensifiquen.

La huella hídrica es lo que conocemos como indicador para definir el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos. Es una variable necesaria que nos indica la cantidad de agua que nos cuesta para fabricar un producto.

El crecimiento de la población mundial continúa incrementando exponencialmente y nos encontramos en un punto crítico en el que existe una necesidad urgente por mejorar los sistemas de suministro y la demanda para la producción de animales de granja, al igual que encontrar una eficiencia en el uso de los recursos.

La agricultura es una de las principales causas de la escasez de agua

La agricultura representa casi el 70% de todas las extracciones de agua fresca y hasta el 95% en algunos países en desarrollo. Y una gran proporción es usada para la alimentación y producción de animales de granja.

Si queremos alimentar a una población creciente, es fundamental producir más alimentos utilizando menos agua, reducir el desperdicio y las pérdidas y avanzar hacia una alimentación más sostenible.

La elección de nuestros alimentos tiene un alto impacto en el requerimiento de agua, ya que ciertos productos tienen una huella mucho menor que otros. Los cultivos de leguminosas, por ejemplo, tienen una huella hídrica reducida.

El agua potable, parte vital del proceso de engorda

De acuerdo con la FAO, para producir 1 kg de lentejas solo necesitamos 1,250 litros de agua, mientras que para la producción de 1kg de carne de vaca se necesitan 13 mil litros.

La mayor parte del agua utilizada para la producción de animales de granja es destinada a su alimentación. El agua potable de los animales solo representa una parte menor. Desde una perspectiva de recursos de agua dulce, el informe señala que es más eficiente obtener calorías, proteínas y grasas a través de los productos vegetales que de los productos animales.

Al hacer una transición a una dieta mayormente basada en plantas, podemos tener una reducción hasta de la mitad de nuestra huella hídrica. Esto únicamente al hacer algunas sustituciones en nuestros consumos.

Los productos de origen vegetal pueden aportar la cantidad de proteína necesaria para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo y, en algunos casos, la calidad y biodisponibilidad de los nutrientes en este tipo de productos puede ser más alta que de otros grupos.

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